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«El Patio de los Arrayanes se ha llamado de diversas formas a lo largo del tiempo. La actual denominación (al igual que la de Patio de los Mirtos) se debe a los macizos de arrayanes (o mirtos) cuyo color verde vivo contrasta con el piso de mármol blanco del patio, y que rodean al estanque central. También se le llamó Patio del Estanque o de la Alberca, precisamente por este estanque, de 34 metros por 7,10 metros, que divide el patio longitudinalmente y se abastece de agua gracias a dos pilas de mármol situadas en cada extremo. A ambos lados del patio se encuentran dos naves de aposentos y, en los lados menores, se levantan unos pórticos, sostenidos por columnas de capiteles cúbicos, de siete arcos semicirculares adornados con rombos calados e inscripciones de alabanza a Dios. El arco central es mayor que los otros seis, y presenta enjutas macizas con decoración de ataurique y capiteles de mocárabes.»
· Crédito imagen, texto y "panorámica 360": gentileza de Patrimonio de Granada y
«El Patio de los Arrayanes en la Alhambra, con su estanque, arcos decorados y leyendas, refleja la rica historia arquitectónica y cultural de Al-Ándalus.
El Patio de los Arrayanes en la Alhambra, también conocido como Patio de los Mirtos, ha experimentado diversas denominaciones a lo largo de la historia. Su nombre actual se debe a los macizos de arrayanes que rodean el estanque central, generando un impactante contraste con el mármol blanco del suelo. Este estanque, de 34 metros por 7,10 metros, divide longitudinalmente el patio y se abastece de dos pilas de mármol en sus extremos.
El diseño incluye dos naves de aposentos y pórticos con siete arcos semicirculares, sostenidos por columnas de capiteles cúbicos. Estos arcos están decorados con rombos calados e inscripciones alabando a Dios. Destaca el arco central, mayor que los otros seis, con enjutas macizas, decoración de ataurique y capiteles de mocárabes.
En la galería sur, se encuentran alacenas con vasares de mocárabes y una inscripción que elogia la ayuda y protección divina, así como una victoria espléndida para el emir Abu Abd’ Allah. Parte de las dependencias en este pórtico sur fueron demolidas para dar paso a la construcción del Palacio de Carlos V. En la planta superior, sobre un corredor, se halla una galería con seis arcos y dintel más elevado en el centro, con zapatas de madera, escalonadas y cubiertas de ataurique, junto con celosías de fines del siglo XIX.»
· Alberca del Patio de los Arrayanes en la Alhambra ·
· Crédito imagen, texto y "panorámica 360º": gentileza de Patrimonio de Granada y
León Amaro Mac-Clure
«La serena alberca del Patio de los Arrayanes en la Alhambra encanta con su espejo de aguas cristalinas. Rodeada de mirtos, es un rincón mágico que transporta a la época Nazarí y sus leyendas de esplendor.
«La serena alberca del Patio de los Arrayanes en la Alhambra encanta con su espejo de aguas cristalinas. Rodeada de mirtos, es un rincón mágico que transporta a la época Nazarí y sus leyendas de esplendor.
La alberca en el Patio de los Arrayanes de la Alhambra es una joya arquitectónica que deslumbra con su elegancia y majestuosidad. Ubicada en el corazón de este icónico palacio andaluz, esta característica piscina es uno de los tesoros más destacados del conjunto monumental.
El nombre "Patio de los Arrayanes" proviene de los mirtos (arrayanes en español) que bordean la alberca, creando una escena exquisita y serena. Con una extensión rectangular, la alberca refleja la armonía del cielo y las columnas que la rodean, otorgándole una cualidad etérea. Sus aguas cristalinas, alimentadas por un intrincado sistema de canales y fuentes, son un testimonio del ingenio hidráulico de la época nazarí.
La piscina es un lugar de profundo simbolismo y significado. Su presencia en el patio representa la idea islámica del paraíso en la Tierra, donde el agua es un elemento purificador y fuente de vida. Es un espacio sagrado que invita a la contemplación y la reflexión, donde la belleza natural y la arquitectura se funden en perfecta armonía.
Los alrededores del Patio de los Arrayanes, con su frondosa vegetación y suelos empedrados, crean un oasis de frescura en el cálido clima de Granada. Durante siglos, esta alberca ha sido escenario de encuentros diplomáticos, celebraciones reales y poéticos encuentros, perpetuando su leyenda y magia a través del tiempo.»